... y hay que hacerlo ya.
Parte de la creación de una Economía Circular para un planeta sostenible pasa por el reciclaje y la reducción de residuos. ¿Cuál es la situación de Europa en este ámbito? Según la Comisión Europea, Europa recicla el 46% de los residuos municipales. Es un comienzo, pero aún está muy lejos del objetivo de la Comisión Europea del 65% para 2030. En el caso de los residuos municipales, el objetivo de reciclar los residuos de envases es del 75%.
La OCDE nos dice quién recicla y quién tiene trabajo por hacer. Alemania es el país que más recicla (65%), mientras que Eslovaquia es el que menos recicla y composta (11%), aunque, para ser justos, Eslovaquia no genera residuos a la misma escala que la gran mayoría de los demás países europeos. El nada envidiable puesto de mayor productor de residuos de Europa es para Dinamarca, que recicla el 44% de sus residuos.
El Reino Unido también recicla el 44% de sus residuos; Irlanda, el 40%; España, el 30%; los Países Bajos, el 50%; y Portugal, el 26%. Los datos varían de un organismo a otro, y la razón es que las personas y los gobiernos definen los residuos de forma diferente y lo que incluyen. La cuestión es que los países europeos tienen mucho trabajo por hacer para cumplir esos objetivos.
El incentivo para reciclar y reducir
Ya se recicla, pero ¿cómo aumentamos los niveles? ¿Cómo incentivamos a la gente para que reduzca? Los incentivos siempre funcionan, por supuesto. Si la gente tiene que pagar para que se recoja la cantidad de residuos que produce, busca formas de reducir esos costes. Es el mismo concepto que las facturas de los servicios públicos. Pagas por lo que consumes.
En eso consiste el sistema de pago por uso. Quien contamina paga. A los hogares se les cobra en función del peso o el volumen de los residuos generados. Si los hogares quieren reducir sus facturas de recogida de residuos, tienen que generar menos residuos. Y para generar menos residuos, tienen que producir menos y reciclar más. Menos residuos equivale a menos dinero de sus bolsillos. Es muy sencillo.
Un estudio realizado por ACR+ (Asociación de Ciudades y Regiones para el Reciclaje y la Gestión Sostenible de los Recursos) ha confirmado incluso que el sistema de pago por uso aumenta las tasas de reciclaje. No vamos a fingir que nos sorprende, pero esto podría ser un empujón en la dirección correcta para que los municipios se suban al carro, reduzcan su huella de carbono y empiecen a construir hacia una Economía Circular.
Se trata de un concepto que, según el estudio, ha sido bien acogido allí donde se ha implantado en siete países europeos: Interza (Bélgica), Maastricht (Países Bajos), Umeå (Suecia), Zollernalbkreis (Alemania), Treviso (Italia), Besançon (Francia) e Innsbruck (Austria).
Los resultados revelaron que el PAYT puede adaptarse a distintas condiciones y fomentar el reciclaje y el compostaje, lo que reduce los residuos.
¿Cómo funciona un sistema de pago por uso?
Desde un punto de vista económico, el objetivo de los sistemas de pago por uso es desviar los residuos del vertedero o la incineración y destinarlos a la recuperación de materiales, optimizando los recursos y contribuyendo al mismo tiempo a sufragar los costes de los servicios de recogida de residuos.
El objetivo de un municipio suele ser reducir los residuos, mientras que el de una empresa de gestión de residuos suele ser estabilizar los ingresos. Los precios pueden estructurarse para cumplir cualquiera de esos objetivos.
Con los precios por unidad completa, los residentes pagan por adelantado. Para ello, los residentes compran una bolsa, etiqueta, ficha o contenedor personalizado. La tarificación por unidades parciales consiste en que la autoridad local decide el número de bolsas y contenedores, que se sufragan con los impuestos de los residentes. Si los residentes superan el número de bolsas y elevadores de contenedores que se les asigna, pueden comprar más. Una tasa fija, a veces conocida como "el primer nivel", crea estabilidad en los ingresos, mientras que la tasa del "segundo nivel" -que se paga cuando se compran elevadores de contenedores adicionales- se basa en la cantidad adicional de residuos que se tiran.
Por último, está la tarificación variable. Los residentes deciden el tamaño de papelera o contenedor que quieren. Esto les permite pagar por la cantidad de residuos que producen. Los contenedores más grandes cuestan más que los pequeños, lo que motiva a los residentes a reducir los residuos que generan y alquilar contenedores más pequeños.
La experiencia adquirida en los lugares donde se han implantado sistemas de pago por uso, como Aschaffenburg (Alemania), revela que las tasas de residuos no deben derivarse únicamente del número de residuos generados por los residentes, sino que también deben incluir los costes básicos (fijos) y variables. Cuando las tasas se basan únicamente en la cantidad de residuos recogidos, se producen más vertidos ilegales. Una tasa básica disuade de que esto ocurra porque los residentes tienen que pagar algo de todos modos.
Garantizar el funcionamiento del sistema de pago por uso
¿En qué situación nos encontramos? Ningún otro tipo de servicio de recogida de residuos ha alcanzado hasta ahora los mismos niveles de desvío de vertederos y reciclado de residuos que el sistema de pago por recogida. Este es claramente el camino a seguir si queremos alcanzar los objetivos de la Comisión Europea.
La infraestructura debe estar preparada para permitir la recogida de residuos fuera de los hogares o en un punto de recogida central, posiblemente móvil. Los ayuntamientos y las empresas de gestión de residuos también tienen que pensar en encontrar eficiencias y reducir los costes operativos para que el PAYT sea lo más viable posible desde el punto de vista económico. No es difícil.
El punto de partida es la Plataforma AMCS, la solución en la nube diseñada específicamente para el sector de los residuos y el reciclaje y basada en las mejores prácticas. Impulsa la automatización y estandariza y optimiza los procesos integrales, ofreciendo a los usuarios una visión completa y en tiempo real de sus operaciones. AMCS lleva más de una década dando soporte a esquemas de PAYT. Se trata de una plataforma dinámica con la funcionalidad integrada necesaria para gestionarlo todo con facilidad, desde el transporte crítico hasta los procesos de reciclaje y el cumplimiento de la legislación.
Al aprovechar los datos operativos, los usuarios mejoran el rendimiento, detectan y detienen las fugas de ingresos, reducen los cobros no realizados, disminuyen los costes de gestión de carros y nuevas compras, minimizan los ascensos no autorizados, todo ello al tiempo que mejoran la satisfacción del cliente.
La plataforma AMCS lo abarca todo, desde las tecnologías de sensores y vehículos que exigen los sistemas de pago por uso eficientes, hasta la perfecta integración con módulos de terceros o propios. AMCS Route Optimisation, por ejemplo, optimiza las rutas, reduciendo el kilometraje y el tiempo de conducción, lo que a su vez ayuda a reducir su propia huella de carbono. AMCS Workforce registra datos en tiempo real, como las recogidas, los clientes atendidos, las rutas recorridas y el tiempo empleado en cada trabajo, para ofrecerle una visión precisa de lo que ocurre sobre el terreno.
Los municipios y las empresas de residuos y reciclado que se preparan para cumplir los objetivos de la Comisión Europea deben actuar ya. La experiencia lo es todo en este sector, y es bueno saber que la ayuda que necesita está aquí.
Descubra cómo la Plataforma AMCS reducirá sus costes y aumentará su eficacia operativa.
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